50 años del aniversario luctuoso del Dr. Calderón Guardia



50 años del aniversario luctuoso del Dr. Calderón Guardia

Gloria Bejarano de Calderón, Experimera dama de la República, 1990-1994. racglo@hotmail.com


La vida de un hombre se dimensiona por el legado que deja al final de su vida, y pocos, muy pocos pueden, como la del Doctor Rafael A. Calderón Guardia, exhibir una obra tan inmensa como duradera que, ochenta años después de su gobierno, sigue protegiendo al pueblo de Costa Rica.

El Doctor fue capaz de construir una obra trascendente porque nunca hizo distinción entre partidarios y adversarios, entre pobres y ricos, porque pensaba solo en mitigar el sufrimiento de sus pacientes y hacía suyo el dolor de quienes se debatían entre la pobreza; porque se rebelaba contra la injusticia con que eran tratados los trabajadores; porque conocía de primera mano la necesidad de los humildes de contar con un techo donde resguardarse y una pensión con que subsistir en la vejez.

Estas no eran poses populistas, ni proclamas ideológicas, ni mucho menos propuestas que nacieran al calor del interés político; nacían en el corazón de un hombre formado bajo los más estrictos principios y valores humanísticos; surgían la vocación de un médico que había tenido la oportunidad de compenetrarse de la Doctrina Social de la Iglesia mientras estudiaba en Bélgica. La Reforma Social nace de la convicción del Doctor de cambiar el rumbo de la Patria y sentar las bases sobre las cuales construir una sociedad más justa, solidaria y equitativa.
Junio 1970, Funeral Calderón Guardia.

En su libro “El Gobernante Frente al Problema Social Costarricense” nos dice:
“Un gobernante democrático, de un poder muy limitado y reducido a un período de cuatro años, solo puede contentarse con tomar de esa admirable doctrina aquellos puntos o bases que tiendan a darle mayor equilibrio a las instituciones que garanticen al menos la convivencia de las distintas clases económicas, y que constituyan el fundamento de la justicia y la solidaridad sociales para el hombre que trabaja, representadas en los elementales derechos que dignifiquen su vida y lo hagan amar a su patria, que de esa manera lo protege. Eso he hecho o, al menos, intenté hacer.”

El Doctor Calderón tenía muy claro hacía donde quería encaminar el país mucho antes de llegar al Gobierno, él sabía que para lograr un cambio necesitaba, ante todo, “elevar la condición económica, moral y cultural de las clases trabajadoras”.

Para lograr tales propósitos creó el Seguro Social, la UCR, el Consejo Nacional de Nutrición, entre otras instituciones, introdujo el Capítulo de Garantías Sociales en la Constitución, promulgó el Código de Trabajo y otras leyes que permitieron garantizar el suministro de agua potable en todas las cañerías, dotar de zapatos a los escolares y establecer comedores infantiles para los hijos de obreros y campesinos. Su experiencia como médico le permitió entender los efectos nocivos de la miseria en los hogares más pobres, en los que la malnutrición y los parásitos intestinales minaban su salud.

El Doctor, empero, no limitó su acción al ámbito de la salud y la educación, buscó la forma de defender al proletariado del alto costo de la vida y de ampararlos contra el agiotismo y el acaparamiento de víveres, del abuso en las alzas injustificadas en los alquileres; se empeñó, además, en crear instancias para que obreros y campesinos tuvieran acceso a una vivienda digna y apoyo en la producción agrícola.
Se lamentaba, sin embargo, de no haber podido profundizar una Reforma Económica, de la misma magnitud de la Social: “la defensa económica del proletariado no ha obtenido su completo desarrollo y es mi propósito llegar a una revisión de los salarios como base orgánica del futuro bienestar de nuestras clases trabajadoras”. No dudo que esta frase del Doctor, incomodó y preocupó a muchos que hicieron hasta lo imposible por que no regresara al Poder y más para que su obra le fuera escamoteada, para que su título de médico le fuera arrebatado, para que fuera tildado de comunista y traidor a la patria. Su pecado, sin lugar a duda, fue soñar con una Costa Rica más justa y solidaria; su atrevimiento, enfrentar los intereses de los poderosos para lograrlo. Con el paso de los años el peso y la magnitud de su obra le valieron para que fuera nombrado Benemérito de la Patria.

Esta semana se cumplió el aniversario de la promulgación de las Garantía Sociales y a pesar de que su obra y su visión nos está permitiendo enfrentar el Coronavirus con éxito, la celebración quedó pendiente, y su nombre…. se menciona ocasionalmente con timidez. Hace 50 años, sin embargo, un pueblo agradecido, se volcó en las calles y lo acompañó hasta su última morada, donde yace en paz, sabiendo que hizo por su pueblo aquello que le dictó su conciencia, inspirado por su profunda fe cristiana, en cumplimiento de sus ideales y por el amor que sentía por su pueblo.

Descanse en paz Doctor, su nombre está grabado en el corazón de la Patria agradecida y su obra sigue cumpliendo su propósito: salvar vidas, restaurar la salud del enfermo, dar casa al humilde, educar al joven, bridar apoyo en la vejez, defender al trabajado

Adjuntó encontrarán una pincelada de imágenes en galería de la muerte del Dr. Calderón Guardia:













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